sábado, junio 10, 2006

Sentimientos


Cuando algo desaparace es cuando uno se da cuenta de las verdaderas dimensiones que ocupaba.
Uno se para frente al hueco que ahora ha quedado y observa que lo que antes parecía ornamental se ha convertido de repente en imprescindible. Algo que siempre ha tenido la etiqueta para nosotros de diminuto y recambiable, al ausentarse, descubrimos que nos ha legado un abismo en su lugar.
Es que nos hemos acostumbrado a vivir de maravillas y de circunstancias de las que ahora no comprendemos su importancia ni en su mínima medida.
No nos damos cuenta de lo que vale la libertad, la salud, la VIDA... y difícilmente vamos a conocer ese valor de la misma manera que han terminado conociéndolo aquellos que han llegado a echarlos en falta.
A veces le retiramos el amor a nuestros padres o a algunos amigos, sin motivo, sólo porque nos hemos cansado, un día nos faltará alguno de ellos y lloraremos como si nunca nos hubiéramos olvidado de que son acreedores de todo el cariño que podamos alcanzar a generar.
De repente entonces les amamos justo como se merecían, con todas nuestras fuerzas, pero solámente porque ya se han ido, porque cuando nos roban lo que queremos, algo activa en nosotros la capacidad de amarlo más, hasta límites que quizás no hubiéramos imaginado.
Hay algunas cosas en las que, para amar realmente, tienes que perderlas al menos una vez.

2 comentarios:

los normales dijo...

Quizas ya tengas mucha experiencia y no dejes muchas pistas en la escena del crimen, pero no estoy de acuerdo contigo, no hay que perder para amar.
Pero mejor te doy una sentencia... AMA lo mas que puedas, AMA demasiado...simplemente AMA.
Sé feliz Marce!!!

Una pregunta: ¿sos bipolar? jejeje

by Nico

Anónimo dijo...

Não que seja uma regra... mas são raras as exceções, realmente damos mais valor as coisas e pessoas depois que as perdemos!
Um beijo,
Shalom