domingo, junio 06, 2010

Confesiones

Confieso que hay días en que es más difícil levantarme. El cuerpo pesa, el alma se traba y es preciso inspirar hondo, cerrar los ojos y contar mucho más que hasta tres para dar los primeros pasos.

Confieso que as veces el desespero me toca con tal intensidad, que es preciso acordarme como respirar, por que de repente me falta el aire y las lágrimas parecen quemar la retina en la ansia de seren libertadas.


Confieso que ni siempre es fácil caminar, acordarme que todo paso tiene que ser dado uno de cada vez, pie ante pie y siguiendo siempre enfrente, sin pensar. Por que si se para para pensar, un segundo que sea, en todo que está saliendo mal, queda muy complicado seguir jugando a la Pollyanna.


Confieso que tengo que contener mucho, simular sonrisas y obligarme a ser, minimamente, feliz. Por que es preciso ser feliz! Por que yo no quiero y no puedo sucumbir a todo el caos. Por que no me quiero dar la opción de desistir.


Confieso que ando cansada de mi y me imagino lo cuanto otros también lo estén. Pero es que ni siempre logro callarme, ni ocultar mis gritos. Pero juro... no quería... esa no soy yo!


Confieso que quería volver a acreditar en un futuro más color de rosa. Pero lo máximo que veo son colores gris
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