viernes, febrero 24, 2006

Vamos hablar ...

Ayer, viendo un pedazo de "Big Brother VI" (una mierda de programa, lo sé, pero me apetecía estar tumbada en el sofá viendo la tele y lo que había en las demás cadenas tampoco me gustaba... aquí por lo menos la emoción de las discusiones que se montan, jejeje) me gustó algo que dijo Carlão.
Me parece una persona muy divertida y me encanta la ironía y el sentido del humor que tiene. El caso es que un momento en el confesionario declaró: "me aburro muchísimo de las conversaciones meteorológicas de esta casa y yo voy a decir lo que me de la gana". Me encantó.
Un problema que tengo es que no sé entrar a relacionarme con los demás... o paso mucho o me meto demasiado. No sé si me explico. Cuando estoy hablando con alguien que apenas conozco y me sorprendo diciendo "legal" más de una vez seguida me empiezo a asustar... y cuando llego a las tres veces de "legal" tengo que parar. ¿Qué me pasa?
Pues me siento una imbecil cuando alguien me dice algo y sólo se me ocurre decir "legal" o "qué legal" porque eso saca a la luz o que no me interesa y estoy deseando terminar la conversación o que, sí me interesa la persona, pero no sé qué decir y, aunque no me gustaría que finalizase el diálogo, me quedo en blanco y parezco imbecil por no poder mantener una conversación.
El problema, sobre todo, es cuando me pasa con gente a quien aprecio o he querido mucho. Es como si esos "legal" que salen de mi boca confirmasen que la confianza que había para poder hablar de lo que quisiera se ha reducido a una palabra que me hace sentir estúpida.
A veces he conocido a gente que me ha causado una impresión estupenda y yo con lo de las impresiones no suelo fallar. Frecuentemente puedo averiguar cómo me llevaré con una persona con sólo observarla durante un poco de tiempo y hablar unos minutos.
La complicación tiene lugar cuando esa persona y yo no tenemos nada qué decirnos y entonces quedamos como meros conocidos que después ya ni se saludan porque entre que piensas "¿de qué me suena esa persona?", pasa de largo y se va.
Es, un poco, como si pudiera volver atrás en el tiempo y revivir la primera vez que quedé con alguien que ahora sea un buen amigo... entonces me doy cuenta de que no sólo se trata de congeniar, sino de que haya un contexto que facilite la confianza para llegar al punto de amistad actual...
¿Cuánta gente habré dejado de conocer por el "legal"?... aunque también es verdad que otras veces yo era quien tenía conversación y la otra persona la que decía eso de "qué legal".
Yo creo que uno de mis problemas es que me gusta estar con gente que hable un poco de todo y huyo de los monotemas. No es que me considere más lista que nadie, pero es que me aburre cuando estoy con gente que le sacas de un tema y ya no hay de qué hablar.
Así que mis dificultades al conocer a los demás son porque, a veces, doy miedo cuando hablo de cosas de las que realmente quiero hablar o pongo de manifiesto el aburrimiento que me produce hablar de lo que se está hablando.
Estoy muy socializada y eso me permite ser educada al decir las cosas, pero estoy en contra de muchos convencionalismos y creo que cuando estoy con gente que es así me libero, eso me ayuda a desprenderme de más prejuicios y a ser, cada día, más capaz de conocerme y de conocer al resto.

3 comentarios:

los normales dijo...

No me tomes el pelo, Marce! En 3 año de convivio nunca nos paso eso. Vaya!!! Mira que tenemos asunte, eh!?
Portate mal,
Lety

los normales dijo...

No te quemes la cabeza!
Encantas a todos con tu forma de ser... sos un poquito timida, solo so, después se te pasa.
Besote,
Nacho

Marce dijo...

Chicos, revisen el teclado que se les está comiendo letras ... jajaja