¿Que poséo?

Cambio, ajustes, comodidad... ¡Cambio! de nuevo ajustes, de nuevo comodidad... ¡Y cambio!

Es un círculo vicioso que no termina porque la vida está llena de cambios que requieren ajustes y buscan comodidad. Cada cambio altera, en alguna medida, la situación anterior y, aunque eso puede constituir la sal de la vida, hay tragos que contienen demasiada sal de una sola vez.

En lo referente a las relaciones los cambios sugieren un extraño juego que unen a unos, separando a otros, uniendo a los de más allá... como una especie de dominó cuyas piezas se unen y se separan casi sin previa determinación... casi sin casi... o abiertamente sin él.

Ante tanto cambio, tanta influencia, tantos factores que te unen y te separan... una pregunta: ¿Qué poseo?

Me cuestiono si hay algo verdaderamente mío, que no se lo lleva nadie, ningún cambio, que no aparece de pronto, ni de nuevo; sino que siempre está ahí, que permanece.

Hace poco descubrí la respuesta: Sí, mi voluntad.

Yo decido hacia donde conducirla, depende de mí y sólo de mí.

Yo decido dejar que otros decidan, yo decido permitir cada influencia, cada parte exterior que llega a mi alma,... pero en definitiva, decido yo.

Esa es mi libertad.