viernes, septiembre 12, 2008

Ganas de llorar

Últimamente casi todo me hace llorar. Me pasa desde que intenté saltar al vacío sin red. Me caigo cada dos por tres y me dejo los piños en el suelo. Es como cuando estás en la playa a medio día, decides saltar de tu toalla, y la arena abrasa tu piel. La quema hasta que parece que te van a arder las mismísimas plantas de los pies. Pues a mí me pasa lo mismo con las palabras. Y con mi alma. La verdad es que, a estas alturas, empiezo a pensar que en esta playa no hay mar. Yo creo que aquí no hay nada más que sol, arena y muchas ganas de llorar. Pero ya pasará. Con la llegada de la primavera, espero.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El cordón umbilical nos lo cortaron al nacer, aunque parezca que a veces no sobrevivimos sin él y nos sigue alimentando esta vez unido no a una madre sino a cualquier otra persona.

No creo que debamos depender de hombros en los que apoyarnos, sino en lograr encontrar nuestro propio apoyo.

Cuidate.. besos

Anónimo dijo...

Marce, no se por qué las personas tendemos a pensar que llorar es malo. Llorar es normal, doloroso, pero sanísimo. Si has de llorar llora, desahógate, y recuerda que cortar el cordón umbilical es la única forma de nacer. O de renacer.
Un beso grande, grande.