martes, noviembre 03, 2009

Rebeldia

No soporto la prepotencia, ni que me miren por encima del hombro, ni la compasión, ni a los que se creen mejores por que su nómina tiene más números que la mía o por que consideran que su puesto de trabajo es mejor, ni a los "listos" que se creen que lo son y te mandan callar, ni a los que van de "sobrados" y no tienen ni donde caerse muertos, ni a los que hablan sin saber, ni a los que critican sin mirarse, ni a los mentirosos que abusan de mi buena fe y encima me toman por tonta, ni las palabras vacías, ni las conversaciones sin sentido, ...

Me he cansado de agachar la cabeza, de callarme por no meter la pata, de intentar agradar a todo el mundo, de sentirme siempre culpable por todo, de decir que si cuando quiero decir no, de pronunciar un no cuando se que es un si, de sonreír cuando no me apetece, de llorar cuando no quiero, de las malas interpretaciones, de las continuas explicaciones, de no ser yo por que ni siquiera se como o quien soy, de mirarme y no encontrarme, ...

No, no ha pasado nada hoy, simplemente empecé a rebelarme contra la tiranía del despertador y he seguido haciéndolo a lo largo del día.

De hecho, me gusta esta sensación de rebeldía. Este romper máscaras para poder ir a cara descubierta resulta gratificante.

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