Desaprendizajes

Solo aprendí lo que arriesgué perder!
Desde siempre vine por el camino más difícil. Aprendiendo el paso en la caída, a mirar en la oscuridad.
Cuando la física hablaba de la velocidad del tren yo me interesaba por el pasajero que imaginaba en la ventana.
Cuando me fueron enseñadas las reglas de la gramática, las bromas de Quintana y Leminski ya me habitaban.
De la matemática solo me quedo el horror por el "x" y el miedo de la "y".
Aprendí mucho poniéndole atención a la pizarra y aún más desviando la mirada hacia la ventana.
Siempre me perdí en un prisma que pocas veces logré traducir ó por el cual nadéis se interesó.
Supe que no estaba perdida cuando leí Caio Fernando Abreu, Clarice Lispector y Fernando Pessoa.
En las películas me conmovieron las atmósferas y me sobraron muchas escenas.
Me esforcé para memorizar las fechas históricas y solo aprendí que el ser humano es la peor y la mejor cosa (sí, cosa) de este mundo.
La abstracción siempre me hizo (y hace) más concreta que cualquier razón.
En la contramano de la vida veo la muerte y a partir de ella voy pariendo lo que me hace viva.
En la pereza de los platos, no quise aprender a cocinar.
En la distancia de la paciencia me acompañan las faltas domesticas.
En la brutalidad de los sentimientos nunca supe de etiquetas.
Olvide todo lo que me fue gritado. Aprendí todo lo que me fue soplado.
En grupo aprendí la soledad y estando sola me descubrí la mejor compañía.
En la falta de alguien inaugure una multitud.
Ignorando las horas, sentí el tiempo pulsar.
La miopía me enseño la belleza disforme.
Cuando se terminó el dinero comprendí los números.
Cuando hice una elección el olor de la renuncia se hizo brújula.
En el personaje del libro me descubrí acompañada.
En el reclame de la revista, conocí la exclusión.
En pequeños pecados aprendí grandes placeres que fueron mutilados con ácido cristiano.
En mis migajas me hago entera.
Dibuje el mapa de la ignorancia.
Todavía confío en las posibilidades, materia de la cual la vida es (des)hecha.
Escribiendo aprendí que sé huir por las palabras, pero no de ellas.