
Dejar correr y vivir, cerrando y abriendo puertas e intentar llegar al final del laberinto, donde esta lo que quieres, sin prefijar caminos, sin estructurar demasiado la búsqueda.
Cuando uno es hacedor, se enfrasca demasiado en sus proyectos y puede ser que se obsesione, a mi me pasa...y se pierde uno, y se pierden cosas y se pierden gentes, que tienes que dejar correr....
La vida no deja de ser al fin y al cabo un transcurrir de pequeñas y grandes decisiones, de pequeñas y grandes renuncias...
Me tomo una café delicioso, acaba de amanecer y creo que tengo una sonrisa complaciente, me la noto y me siento muy bien....
1 comentario:
Precioso post. Escribes verdades como puños, aunque quizás, a veces sea la vida misma la que no nos las deja entender. O pararnos a pensar. Supongo que a menudo nos encontramos como inmersos en un río, nadando a contracorriente, intentando sobrevivir. Y en ocasiones como esas, cuesta pensar.
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